Montañesa: Sin Casa, ni perro ni jardín

Martín, encontramos a tu perro, debió pensar Unai mientras completaba el penúltimo largo de la vía...


Otra obra maestra en el estilo propio de Christian, Martín y Remi, los padres de la criatura, donde la sensación de vértigo y de aire entre el escaso equipamiento fijo puede llegar a embotar los sentidos.

"Vía a tope" anuncia la reseña. Y no defrauda. Yo por si acaso me contrato mi seguro particular: Unai parece que empieza a apretar y está dispuesto a comerse los séptimos, que son mayoría. Incluso llego a perdonarle que olvide su placa de rapelar.

Entrada a R2

No en vano bautizaron algunos largos, los que marcan. La placa Soledad, un tercer largo que empieza con un movimiento duro bien asegurado para adentrarse en un mar de gris lleno de formas, como si la roca se agitara con olas. Con destreza y nervios templados puedes emplazar micros, fisus y algún merlet suficientemente buenos cada 4 o 5 metros. Aprovechad cada recurso que os brinde la morfología de la roca.

Y la placa Erasmus, donde Remi se doctoró en aperturas. Un comienzo bien protegido para infundir falsa confianza, y un final apoteósico y aleatorio a más de 5 mts de la chapa.

Que suerte que me tocaron de segundo...

Como notas técnicas, añadid un camalot nº3 para reforzar la R2 (un solo bolt) y un gancho por si acaso. Y valor, mucho valor.

En vías así las letras TA ("terrain aventure") toman todo su sentido.

Topo original

Desde allí tomaremos unas fotos alucinantes de Kepa y Mikeltxo, que repiten Serial Driller, todavía "caliente", todavía con polvo de taladros.