Cualquier escalador de vía larga con un mínimo sentido estético repite, tarde o temprano, alguna vía de Armand. El sello Ballart se vincula tanto a calidad como a exposición y cotaciones habitualmente ajustadas.
Cuatro días enteros viajando por ese paraíso invernal llamado Alicante, en los que degustamos un par de sus obras, bien conocidas y ampliamente comentadas.
Aravela, Lomo del León (Ponoig)
Soberbia ruta en la que enterraréis cualquier artilugio de autoprotección, sea cual sea su tamaño.
La fiesta comienza desde su primer largo, una bavaresa anunciada de quinto grado,
y no termina hasta el penúltimo largo, VI grado dolomítico donde apoyar espalda y empotrar aliviarán vuestros esfuerzos.
Como curiosidad comentar que no conseguí pasar por el pintoresco agujero con que se inicia el cuarto largo. La solución la encontraréis seis metros más arriba por una fisura vertical hasta un rapel de dos buenos puentes de roca mediante el que se regresa la repisa del otro lado del orificio .
Muy, muy recomendable.Amor de Odio, Peñón Divino
En compañía de Ester y Sandra seguimos este camino astucioso que esquiva una característica barrera de techos en su parte inferior
En consolación, nos permitió intuir un nuevo itinerario, premio que recogeríamos al día siguiente.
Eli-minator, Peñón Divino
Tres largos (el segundo apoteósico) que salvan la barrera de techos de forma directa.
Tres chapas en el primero, dos en el segundo y una en un tercero. Equipamiento inversamente proporcional a la dificultad y a la exigencia. Para reclamaciones hablar con Mitch...
Llevar dos juegos de friends que exprimiréis a tope.
Ruta que esperamos terminar en un futuro enlazando, quizás, con un proyecto que abandonamos hace 20 años con Tato. O incluso con una directa por las placas de arriba de Amor (vimos unos restos de una vía de spits antigua, con pinta de artifo). Terreno virgen a la vista de todos, sobre el que no tenemos derecho ni preferencia alguna. El tiempo dirá...
Mascletà de llibre , Placas del Eco
Y para terminar el viaje alicantino, Anaya y Roy se nos ofrecen de anfitriones y nos proponen varias alternativas.
Escogemos Placas del Eco, uno de mis rincones favoritos de Alicante, con una línea que surca una pared para mí nueva, despreciada por su moderada longitud, donde ambos han abierto una pequeña golosina que marida perfectamente con el resto de las rutas que albergan las Placas superiores.
Primer largo con paso a bloque (por una vez en mi vida supero al Rey),
y dos largos posteriores absolutamente geniales.
Un cuarto largo fácil pero sucio permite alcanzar la base de la pared principal de les Penyetes que Parlen, antigua denominación con que los locales se referían a estas montañas.
Me suena que Papila tiene otra vía con buena pinta, una de Anaya, y la clásica antigua de aspecto sucio.
Para terminar le doy mi enésimo pegue al primer largo de Ambigüismo, un 6c que se me atraganta. Volveré, de bueno que es.
El día de regreso pasamos por Araya, esa escuela maravillosa trufada de séptimos bajos, pura conti en roca abrasiva donde la técnica y la resi suplen la fuerza: "Pila de vell", como dice mi hermano.
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