Llevo tiempo estudiando sus hábitos, costumbres y entrenos, a ver si se me pega nivel y valentía.
He probado a comer garbanzos después de una semana escalando solo ABOs.
He intentado copiar programas de entrenamiento
Me mentalicé con el objeto de perder miedo a las caídas.
Todo ha sido en vano.
Que la edad y peso correlacionan positivamente está demostrado a nivel matemático y empírico.
Cerca de Semana Santa el indicador de la báscula alcanzó el nivel 5 de criticidad.
Se imponía una solución DRÁSTICA y llamé a Unai y Eneko, dos naBurros con denominación de origen cuya compañía garantizaba agotamiento extremo y adelgazamiento.
Las opciones de pinchar hielo durante esta primavera tropical se reducían a tomar copas en los tugurios más sórdidos de la noche, o a elevarnos en picos por encima de los 3.000 metros.
Ni Unai ni Eneko destacan por sus aptitudes nocturnas, pero sí en alpinismo masoquista.
Así pues nos dirigimos a unas agujas graníticas del valle semi-olvidado de Barrosa, orientadas al norte y alejadas del fondo de valle. 3 horas de aproximación y casi 1.000 mts de desnivel.
Eneko había intentado la de la derecha un año demasiado seco. Ahora prometían mejores condiciones. Atacamos la izquierda, encajada y vertical.
la Goulotte sale por la flecha amarilla
Unai empieza el tajo. Hora y media más tarde consigue montar la primera reunión. Delicado, bien delicado. Pataleamos y arañamos los resaltes. Dos bolts con anilla nos sorprenden.
Y esa será la tónica de la vía. Preciosa, encajada, alpina, chamoniarda, con las condiciones justitas para pasar ("ideales para gozar" apuntarán los naBurros).
Seis horas más tarde alcanzamos la cornisa somital.
Un paso desplomado en nieve compactada, a modo de pequeño serac, nos deposita en la cima de la Punta Ruego de Liena.
Yo hubiera preferido venir 15 días más tarde, con la nieve transformada en corcho blanco. En fin, no se puede elegir cuando te invitan a una fiesta.
La bajada, sencilla, consiste en crestear hacia el Este hasta un collado desde el que se divisa el antiguo cable de las minas de plata de Barrosa. Un camino a veces visible y otras oculto por la nieve serpentea por una cresta que desciende al valle. En otras 3 horas alcanzamos la furgo, cansados y muy contentos.
La ruta, no sabemos si apertura o repetición, merece la pena.
Aquí una topo aproximada de lo que hemos bautizado como "Laia".
Si alguien la conoce, agradecido por la explicación.
A la mañana siguiente, tras casi 10 horas de sueño, amanecemos en Serveto, listos para intentar concluir una ruta largamente trabajada en nuestra querida Peña de Sin.
Sorpresa. Oímos voces en lo alto. Una cordada se descuelga de la cima. Jean Pierre Rio y Jean Mi trabajan en su ruta, a la que acceden mediante rápeles aéreos e inciertos.
En seis horas alcanzamos la R5 de nuestra vía donde coincidimos con ellos.
Es la hora de Unai. Su largo, su sello.
Intento atarle corto. Imposible. Macarrada en una sección de 8 metros. Lo solucionaré con un par de alargos de dos metros que democratiza un poco la ruta. Sección de gota de agua de mano llena antes de la reunión, más asequible.
Me toca.
Largo también espectacular, roca azulada, gotas de agua de bordes afilados, una sabina milenaria (estilo Taghia) de 8 metros de altura que aprovecho a modo de chimenea. Brutal.
Colgaré la topo en cuanto la arreglemos.
Los franceses avanzan más rápido que nosotros.
Nos esperarán. Conocen un camino que desciende del siempre enmarañado bosque de Sin.
Bajamos hablando de planes y escaladas.
Muertos
agotados
felices
y con un par de kilos menos...
la dieta naBurra no falla
3 comentarios:
Jajajajajaja si quies un dia te explico la asburriana pero nose si para lo que buscas te vendrá bien. Un abrazo
si es a base de fabadas y otras delicias ya quedamos para practicarla
abraxus
Albert!!!!! Que buen recuerdo. Un placer disfrutarlo juntos. Como siempre, muy divertido el escrito. Eneko
Publicar un comentario