Collegats, otro de los teatros en los que se cuecen estilos diversos, donde conviven clásica, deportiva y vías modernas de pared.
Alberga una comunidad de escaladores discretos y vanguardistas que cometen sus "fechorías" en el pallars profundo. Algunas rutas son irrepetibles en el sentido literal de la palabra, por el grado, por la exposición, por la osadía. Otras se han convertido en clásicas indiscutibles, y son de obligada visita.
Sang de Crac pertenece a este último grupo, una auténtica belleza de 6 largos que resigue un sistema de fisuras de verticualidad absoluta. Descubierta por Oriol Pie y Xavi Metal, la guinda la puso Albert Castellet al reabrir un largo de ensueño por la placa final, evitando así el único tramo herboso.
El sábado fotografiamos a unos chavales franceses en Sang de Crac. Equivocaron el comienzo, y ni encotraron el último tramo del sendero que conduce a la vía, ni la entrada directa -y dura- que se abrió hace poco.
Seguro que olvidaron cualquier inconveniente en la bavaresa del tercer largo, 6b de fantasía.
Después de repetir algunos itinerarios de la zona, el ojo que todo lo ve, atisbó un espolón todavía virgen. Tres días cortos han bastado para dibujar una línea básicamente exterior, de placa, con un largo de bavaresa que mejorará con las repeticiones. A mitad del mismo Santi se planteó, descorazonado por la calidad dudosa de la roca, cambiar el itinerario. Ahora, limpio y reforzado con alguna expansión añadida a posteriori, empieza a resultar agradable.
Ese mismo día, horas más tarde, marqué uno de mis mejores vuelos abriendo. Demasiada valentía para tan poco grado. Poca experiencia en este tipo de roca. Sin consecuencias: 7 centímetros de sensatez, y un aseguramiento dinámico, pararon un viaje de 7 metros desplomados.
Tubabu, "blanco" en numerosos dialectos africanos.
Porque suena bien, porque el "negro" nos impidió terminar la vía apenas a 8 metros de la cumbre, porque Joan prefirió ahorrarle agujeros a la pared y volver un día con luz, porque no le gustan los excesos de expansiones.
Diana, Santi, Joan, volveremos a terminar la vía. Sólo faltan 8 metros escasos en roca sputnik...