martes, 13 de septiembre de 2022

El Vol de l'Home Ocell. Fuenfría, pared del Luparé




Soledad de inverno mientras aproximamos a Fuenfría en un ya lejano 2009. 
Andamos con la intención de trazar una nueva ruta sin saber que Iñaki y Nacho ya la equiparon en verano 
pero que todavía aguarda su primera ascensión desde abajo. 
La mole rocosa del Luparé permanece velada tras el resplandor helado de Graciela,
la cascada que cuelga en lo alto del Lavasar, y que captura todas las miradas



Todavía hoy, cuando me detengo a contemplar la Pared del Luparé, expuesta a la vista de cualquiera que se acerque al Ibón de Plan o a recorrer los itinerarios helados de Fuenfría, me sorprende pensar que hasta hace apenas 4 años nadie se aventuró a un reto tan atractivo. 

Cuatro vías la surcan, y un espolón en uno de los flancos
Y siguen quedando magníficos caminos por recorrer


Tres años nos ha costado concluir  l'Home Ocell  junto a Ester, Tato y Clau. 

Una vía magnífica, sostenida y muy exigente. 

En uno de mis largos (el tercero), harto ya de pelearme con una roca entre mediocre y cabrona, cedí el extremo de cuerda a Tato. La bestia prosiguió el festival. Sus salidas en libre me obligaron a esforzarme, y el uno por el otro acabamos apretando en cada largo. 

Sólo en la parte final, surcando un terreno compacto que no permite demasiadas filigranas, las chapas predominan sobre los cacharritos, bien sea por la ausencia de fisuras o porque los agujeros se necesitan para meter los dedos en libre, o por alguna laja amenazante que impedía progresar con medios limpios.  


Sus 12 largos, prácticamente todos en torno al séptimo grado, suponen un ejercicio de resistencia y fuerza hasta el final, y de ahí la cotación global de ABO INF por encima de lo que habitualmente suele verse en rutas de "solo" 7b. 

Afortunadamente una vira marcada permite dividir el esfuerzo en dos días, o escapar en caso de agotamiento o necesidad. El compromiso queda reducido a la obligatoriedad de los largos ...


Los nombres provienen de canciones de Sangtraït y casaban a la perfección con el ambiente de esta colosal y olvidada pared. 

El Senyor de les Pedres, igual que Hommo Tapiens, un nombre que siempre asocié con Tato. 

Y El Vol de l'Home Ocell, el Vuelo del Hombre-Pájaro, perfecto para una línea que se escurre entre desplomes y techos, un recorrido con ambiente donde probablemente terminarás volando, emulando los practicantes del Salto-Base. 

Salvo alguna tirada en la parte inferior, los largos desploman todos. Escalada técnica abajo, compleja de leer, y muy física arriba. 

Espero que durante unos instantes podáis gozar -atados- de lo que siente un Hombre-Pájaro, y que regreséis agotados y satisfechos. 


Me faltan fotos. La exigencia de los largos no nos permitió sacar las fotos que merece esta línea. 

Grados orientativos. Algunos largos no están encadenados

Birra pagada al primero que la encadene a vista. 


Ahí va un resumen de todo lo que encontraréis -publicado- del Luparé





última novedad de JP y JM


Más severa de lo que aparenta. 
Escalada de pies y adherencia no siempre òptima, nos gustó mucho


Roca discreta en sus primeros 3 largos, 
espléndida en los siguientes