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jueves, 13 de marzo de 2025

Couloir Nord Direct des Drus

 A estas alturas de la vida ya debería saber que cuando Tato me llama ilusionado con un proyecto, lo mejor que puedo hacer es colgarle. 

Le gustan las vías de apretar. 

Y  "apretar" es un término muy elástico. 

Tato encadenando el M8. Qué presión por Dios!

Y Tomeu en el no menos complicado M7

Habrá quien se pasee por la vía escogida, quien se atreva a subir a pelo. 

Unos gozarán, otros sufrirán, y los más se reirán desde la comodidad de su sofá. 

Yo estoy en el penúltimo grupo, el de los fajadores. Sólo espero que la sabiduría que se adquiere con la edad y la experiencia me traslade al grupo mayoritario. Desearía aprender a refutar esta clase de convites sin que surjan remordimientos. 

Me corresponde el primer largo después de la sección dura. 
Sólo 5, pero sin protecciones seguras

Vía de moda en Instagram. Claro, si el Torralles y el Bru la completan en el día y tienen tiempo de cenar en Chamonix será que está en condiciones excelentes. 

Y sí, estaba bien. Solo que yo no debería tomar como referencia los comentarios de este par de animales que juegan en otra liga. 



El corredor Norte de los Drus en temporada invernal cabalga por esa delgada línea que separa el placer masoca -esencia del alpinismo- del sufrimiento excesivo. 


Invierno en Alpes es sinónimo de FRÍO, de mucho frío. El couloir Norte queda en la umbría permanente. Sólo el vivac del Rognon recibe esos cálidos y preciosos rayos de sol entre las 4 y las 6 de la tarde. Colgado desde la pared, a 10 bajo cero, mirarlo se convierte en tortura. 

equipo Bimbo, los frescos del barrio


La via es soberbia. 

Basta con echar una ojeada al croquis o a las fotos para captar la hermosura de la línea: 200 metros de suave aproximación desde el vivac del Rognon. Rimaya benévola, y 300 metros más de ensamble vertical hasta alcanzar una sección de 4 largos extremadamente difíciles en libre, o aceptablemente asequibles trampeando. Y de ahí otros 350 o 400 metros de terreno mixto o helado (alguien dijo fácil?) hasta el collado que separa los Drus. 



El descenso con 15 o 20 rápeles interminables, parcialmente equipados, confiere un punto de emoción y amplitud que convierten esta ruta en lo que los franceses llaman una "grande course". 


Y luego el regreso a esquís (en mi caso a la chepa hasta el corredor por el que regresas a la estación intermedia de Grand Montets) con los que no me siento especialmente cómodo. 



En perspectiva, saciado de emociones y ya desde la comodidad de mi oficina, analizo y sopeso lo absurdo de este deporte que consiste en bajar por donde subiste unas horas antes, sin obtener recompensa material alguna, agotado exhausto, habiendo asumido más riesgo del que una cabeza bien amueblada debería aceptar. 


Equipo poderoso con Tomeu y Tato. 

Celebración ? en el collado del Corredor

Sumamos 153 años entre los tres. 

Viendo al resto de cordadas que, o bien lo intentaron, o bien culminaron cima durante este invierno del 2025, no sé si enorgullecerme por una estadística absurda (los más viejos sin duda alguna), o si avergonzarme por esta pasión sinsentido que nos consume y que nos aboca a emular a otros alpinistas en plenitud de facultades. 


Me viene a la cabeza Albert Camus y sus reflexiones 

La tragedia de la vejez no es que uno sea viejo, sino que uno sea joven. 

Dentro de este cuerpo que envejece hay un corazón todavía tan curioso, tan hambriento, todavía tan lleno de anhelo como lo estaba en la juventud. 

Dentro de mí arde el mismo fuego que una vez pensó que podía conquistar el mundo. 


¿Qué edad tiene la etapa de la vida llamada juventud?

 















Pronto tendré hambre.



miércoles, 5 de febrero de 2025

Graciela 20 años después (Fuenfría - Macizo del Cotiella)

A lo largo de la historia eruditos, magos, escépticos o creyentes de todas las civilizaciones destacan la importancia de poner el NOMBRE adecuado, cuando la palabra concuerda con el objeto denominado. 


Graciela siempre me ha parecido acertado. 


Iñaki Cabo bautizó a una de las cascadas más bellas del Pirineo con un nombre que marcaría su devenir. Una línea futurista en su tiempo que no ha perdido ni un ápice de encanto. Una obsesión que truncó una trayectoria trufada de éxitos en la búsqueda de líneas estéticas. 

Me hubiera gustado conocer a Graciela. Me hubiera encantado conocer más a Iñaki. 


Recorrimos su belleza con Albert Castellet en un lejano 2006, y al bajar coincidimos con el autor en Saravillo

Regresé en 2009 con Toti para explorar variantes aparentemente vírgenes

Seduje a Ester en 2012 con el hechizo de ascender por un curso de agua congelada suspendido a cincuenta metros del suelo. Agua líquida, movimiento perpetuo solidificado únicamente por un instante, tan fugaz como la vida. Pura magia.  



Macizo del Cotiella, Pared de la Fuenfría, frente a Peña de Sin, valle de Gistaín y Plan. 

Aquí el Pirineo ofrece combinaciones imposibles:

Hermosas vías de roca al sol en camiseta , 

Ester gozando

con gélidas cascadas al día siguiente, sumamente atractivas. 

Mitch apretando y jadeando. Bravo!


Casi veinte años más tarde regreso con dos amigotes, Mitch y Ekaitz. 

Sin sexo pero con amor. 

Y muchas risas. 

También temor, casi reverencial en el largo de transición de roca a hielo. 


Esta vez toda de segundo, disfrutando con el riesgo controlado,

(ad-)mirando cómo los colegas (muuuucho más fuertes que yo) levitan por la roca y acarician el hielo.

Ekaitz empalma L1 con L2 


Mitch con la delicadeza de un músico 


Y sin friends...


Ekaitz a pura fuerza, limpiándome el largo de barbas molestas. 



Día magnífico. Logística impecable, y condiciones perfectas. Sin riesgo de aludes, temperaturas negativas y con el coche a pie de pista. Sólo un "pero", el olvido de los friends que hubieran aligerado el compromiso del largo clave. 

Y unos consejos: enlazar primer y segundo largo evitando una reunión colgada. Se pasa acerando o en libre (no es mi caso). Aconsejable un juego de Tótems (del amarillo al narana, del #0,4 al #2) muy útil en el largo de transición, el más comprometido con diferencia, desplomado y técnico. La cascada siempre escupe agua. Esta vez sólo mojaba en su último largo (Sugar Daddy, más sabe el diablo por viejo que por...) así que llevaros el gore y un plumas para las reuniones. Y las cadenas para el coche. 


Hielo vivo, cambio perpetuo


Sensaciones que jamás olvidas: Ascender monstruos colgantes, escuchar cómo ruge el agua por su interior a modo de corazón desbocado. Hablar, susurrar y suplicar por favor que no se descuelgue mientras lo cabalgas.

Emociones que se ocultan enterradas en lo más profundo de tu subconsciente por tiempo que transcurra, prestas a resurgir, desbocadas, cuando huelen adrenalina. 


Es la escalada en HIELO, la que más adicción provoca. 

Y aflicción, cuando llega la sobredosis. 

jueves, 23 de enero de 2025

Ghiaccio Dolomittico

10 de gener del 2025

Tres años escuchando maravillas de la escalada en hielo en Dolomitas, esa -para mí- gran desconocida. 


Tomeu me ofrece furgo. Cati regresa a Mallorca por trabajo y le quedan 4 días de asueto. 

Revisamos condis en los alrededores de Briançon, Cogne y territorios cercanos. Un par de piadas de Dolomitas bastan para decidirnos. Cita en el aeropuerto de Milán, aunque hubiera preferido un café en Torino


Mi primer contacto se convierte en desilusión. Las vías en lo alto del paso di Gardena, tipo goulotte, están secas como la mojama. Apenas nieve, cero hielo. Menos mal que Tomeu tiene opciones y nos salva el día en las cascadas de Colfosco, destino un tanto civilizado y conocido con clásicas tipo Spada di Damocle o Solo per Poche

 


Llamada comodín a Santi (Padrós), el guide por antonomasia del Sudtirol Italiano. Siguiendo sus consejos enfilamos y acertamos en Vallunga, precioso destino con cascadas maravillosas, tranquilidad y frío, mucho frío. 

Anuncian máxima de -8º y amanecemos con -14 en el parking. En la pared, 600 metros más arriba, posiblemente rondaremos los -14 mientras escalamos. All'ombra fa un freddo della Madonna. 

Una decena de coches en el párking anticipa movimiento. Sorprendentemente la Piovra, clásica del valle, continúa vacía. Tampoco hay traza. Alcanzar pie de vía nos costará algo más de dos horas.


Limpiarla de filamentos y carambanillos helados, otras tres.

Pese al frío nos mojamos en la última parte del último largo. 



Rapel down-the-route, contentos y fresquitos. 

Mañana se anticipa guerra. Hoy ya hemos sufrido bastante. 


Savia nueva rebosante de motivación: vienen Mitch, Martín y Pablete. 

A las 8 de la mañana cónclave gélido en el  parking para repartir las cartas

El trío se dirige a las vías del fondo del valle, oscuro como la boca del lobo. 

Aparecen Grau y Marc, pura coincidencia. Han vivaqueado sin calefacción como hacíamos 30 años atrás. Buscando calidez, miran ávidos sectores más soleados. 


Tomeu y yo dudamos entre esas bellísimas cascadas al sol, que nos tientan con su hielo plástico y clima atemperado, y la seguridad de las lúgubres caras norte, igualmente repletas de colmillos paralizados por el frío glacial. 


La sensatez se impone: regresamos a la austeridad de la sombra, poco placentera, inmóvil, mucho más segura. Subimos de nuevo hacia el sector de la Piovra a intentar Teufelsgeige , una belleza de 4 largos que augura batalla por la escasez del hielo y por el rigor-temperis.

Un Tomeu animado se ata al cabo comprometido de la cuerda. 

Vaya largo le espera... delicado, con protecciones sólo en ocasiones suficientes y algunos tramos expuestos donde caer queda prohibido. Difícil, muy difícil. Con tranquilidad y maestría alcanza una reunión de dos chapas, 55 metros más arriba. Mientras lo desmonto no puedo sino admirar su destreza. 


Por un momento tuve la esperanza de que nos (se) bajaría(mos) antes de alcanzar R1. 

Me toca. M6. Mierda. Como consolación mi largo es corto y protegido con 4 chapas (una más de lo que indica la topo). Nunca me gustaron los largos de dry. Éste sí. Combina roca aceptablemente labrada con manchas de hielo frío, duro, seguro. Me cuelgo en tres de las chapas pero consigo alcanzar la R. 

Tomeu encadena, va lanzado. 



Debajo aparecen Mitch, Pablete y Martín, expulsados por placas avalanchosas en la canal de Jumbojet, al fondo del valle. Rebosan furor guerrero y se meten en nuestra vía. 
También quedarán servidos. 

Ahora nos viene un largo precioso y seguro, más duro de lo que aparenta. Diez metros de roca un tanto rota, con una fisura asegurable que conduce a un desplomito desde donde recuperas el hielo con un movimiento físico. Y ya "glace" hasta donde el cuerpo diga basta. 


Vamos derrengados por el agarrotamiento que nos produce la mezcla de frío y miedo, y a los 25 metros de pétalos desplomados, plantamos la reunión. Aun así concluiremos la vía con otro largo mágico en hielo muy vertical de formas caprichosas. Pétalos, columnas y hasta chimeneas heladas. 

Topo del sector Piovra, bellísimo, como toda Vallunga


Hoy toca pizza en Val di Gardena. Sentados los cinco frente al televisor alucinamos con los saltos de trampolín de nieve, con el bobsleig. Estos tipos están locos, lo arriesgan todo, van a morir. 

De repente constatamos lo absurdo de nuestros comentarios . La consciencia regresa y nos desconojamos por la incoherencia de nuestros pensamientos


Cuarto día. 


Quiero un plato gustoso, agradable, sin indigestiones. Traducido al hielo, significa aproximación de hasta una hora llana en la medida de lo posible, poco frío, nada de viento, y de un par o tres de largos, tipo friki. Quorum en la elección: Bletterbach, otro "must" que visitar, emplazamiento meridional y de regreso al aeropuerto con cascadas peligrosamente orientadas al oeste. 



Hielo casi deportivo, que precisamente por esa comodidad engañosa requiere vigilar los colmillos colgantes a partir de las tres de la tarde. 




Del viaje regreso con ganas de volver. Quiero conocer las vías alpinas que surcan esos paredones que dan fama a los Dolomitas, otros lugares como Val Travenanzes. Me gustaría encontrar mejores condiciones, goulottes repletas de nieve y hielo. 

Volveré.