miércoles, 4 de julio de 2012

Probando prismáticos para ver un Castillo

Domingo en Castillomayor, un regalo para los sentidos


Santi quería estrenar temporada ordesiana con una vía donde apretar.
Entre Racs y Prismáticos de Gavín optamos por la última, porque hace años ya me arrastré por la primera, y prefería "tachar" novedades.

Las vías de Christian y Martín siempre me generan un cierto desasosiego, no sé si porque cargo demasiado el café, negro y espeso para despertar todos mis sentidos, o porque el miedo me revuelve las tripas.
Lo cierto es que cuando abordo una ruta de estos "chavales tan majos" ando bastante nervioso.




El día amanece estupendo, sin frío ni calor, algo nublado. No madrugamos, la semana ha sido movida y se impone dormir adecuadamente, descansar y afrontar la ruta en plenas facultades

Qué decir de la ruta ?
L4, espectacular diedro de 6b


A grandes rasgos que el primer largo no muestra la CALIDAD que encontraremos en las siguientes tiradas. Llegando a la primera reunión la roca cambia radicalmente, con bloques de exquisita adherencia y solidez contrastada. Deslomes impresionantes y grados -curiosamente- amables. El segundo y tercer largo son extraordinarios, sobretodo este último, una sucesión de presas en diagonal ascendente, aseguradas a pitones, que siempre te sacan de la vertical. Difícil encontrarlo mejor.


El largo de la vira, yo me lo ahorraría y seguiría la travesía de la Rabadá.
Después, de nuevo calidad total.
L6, tramo físico y bien protegido


Un 7a+ físico (bavaresa en su movimiento clave), roca compacta y seguros puestos, dan paso al séptimo largo, tramo que abordamos con enorme respeto. La topo indica "longeur serieuse", y eso en boca de los autores no puede más que exigirnos el máximo de atención.

L7, Santi recupera la "tricotada"


La "costurera" entrará en acción, y después de unos buenos 45 minutos alcanzo la ansiada reunión, agotadas todas mis provisiones de cintas y cordinos, tras una retahila de friends, micros, fisureros y un par de tricams.

El último largo se lo zampa Santi consumando el rotpunk a vista.
Yo tengo menos escrúpulos (y menos bistecs en los brazos), y me conformaré con pasar.



Domingo nos despertamos cerca de Ainsa con la intención de explorar una línea nueva en Castillomayor.

Olvido los prismáticos en la furgoneta, los reales quiero decir. Escogemos una de las líneas que tenía en mente, y tras 40 minutos de batalla con los erizones (el Castillo siempre defiende sus murallas) alcanzamos la base de pared.

Erramos el tiro. La roca no presenta la calidad que imaginé en las fotos, y después de dos largos optamos por la retirada, huyendo de piedra suelta, placas de escasa adherencia, y la más absoluta de las incertidumbres sobre qué trazado seguir.

                                                         Castillomayor, proyecto fallido

Acabaremos repitiendo La Princesa Escoba (http://albertganxets.blogspot.com.es/2011/10/un-cuento-de-princesas-y-castillos.html), reconciliándonos con esta enorme mole de roca tan poco aprovechada, que tan bien esconde sus secretos.

Las vistas desde la cima son prodigiosas, y por sí solas merecen la visita. Pocos lugares tienen la fuerza de Castillomayor, atalaya privilegiada del Pirineo.

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