10 de gener del 2025
Tres años escuchando maravillas de la escalada en hielo en Dolomitas, esa -para mí- gran desconocida.
Tomeu me ofrece furgo. Cati regresa a Mallorca por trabajo y le quedan 4 días de asueto.
Revisamos condis en los alrededores de Briançon, Cogne y territorios cercanos. Un par de piadas de Dolomitas bastan para decidirnos. Cita en el aeropuerto de Milán, aunque hubiera preferido un café en Torino.
Mi primer contacto se convierte en desilusión. Las vías en lo alto del paso di Gardena, tipo goulotte, están secas como la mojama. Apenas nieve, cero hielo. Menos mal que Tomeu tiene opciones y nos salva el día en las cascadas de Colfosco, destino un tanto civilizado y conocido con clásicas tipo Spada di Damocle o Solo per Poche
Llamada comodín a Santi (Padrós), el guide por antonomasia del Sudtirol Italiano. Siguiendo sus consejos enfilamos y acertamos en Vallunga, precioso destino con cascadas maravillosas, tranquilidad y frío, mucho frío.
Anuncian máxima de -8º y amanecemos con -14 en el parking. En la pared, 600 metros más arriba, posiblemente rondaremos los -14 mientras escalamos. All'ombra fa un freddo della Madonna.
Una decena de coches en el párking anticipa movimiento. Sorprendentemente la Piovra, clásica del valle, continúa vacía. Tampoco hay traza. Alcanzar pie de vía nos costará algo más de dos horas.
Pese al frío nos mojamos en la última parte del último largo.
Rapel down-the-route, contentos y fresquitos.
Mañana se anticipa guerra. Hoy ya hemos sufrido bastante.
Savia nueva rebosante de motivación: vienen Mitch, Martín y Pablete.
A las 8 de la mañana cónclave gélido en el parking para repartir las cartas
El trío se dirige a las vías del fondo del valle, oscuro como la boca del lobo.
Aparecen Grau y Marc, pura coincidencia. Han vivaqueado sin calefacción como hacíamos 30 años atrás. Buscando calidez, miran ávidos sectores más soleados.
Tomeu y yo dudamos entre esas bellísimas cascadas al sol, que nos tientan con su hielo plástico y clima atemperado, y la seguridad de las lúgubres caras norte, igualmente repletas de colmillos paralizados por el frío glacial.
La sensatez se impone: regresamos a la austeridad de la sombra, poco placentera, inmóvil, mucho más segura. Subimos de nuevo hacia el sector de la Piovra a intentar Teufelsgeige , una belleza de 4 largos que augura batalla por la escasez del hielo y por el rigor-temperis.
Un Tomeu animado se ata al cabo comprometido de la cuerda.
Vaya largo le espera... delicado, con protecciones sólo en ocasiones suficientes y algunos tramos expuestos donde caer queda prohibido. Difícil, muy difícil. Con tranquilidad y maestría alcanza una reunión de dos chapas, 55 metros más arriba. Mientras lo desmonto no puedo sino admirar su destreza.
Por un momento tuve la esperanza de que nos (se) bajaría(mos) antes de alcanzar R1.
Me toca. M6. Mierda. Como consolación mi largo es corto y protegido con 4 chapas (una más de lo que indica la topo). Nunca me gustaron los largos de dry. Éste sí. Combina roca aceptablemente labrada con manchas de hielo frío, duro, seguro. Me cuelgo en tres de las chapas pero consigo alcanzar la R.
Tomeu encadena, va lanzado.
Ahora nos viene un largo precioso y seguro, más duro de lo que aparenta. Diez metros de roca un tanto rota, con una fisura asegurable que conduce a un desplomito desde donde recuperas el hielo con un movimiento físico. Y ya "glace" hasta donde el cuerpo diga basta.
Vamos derrengados por el agarrotamiento que nos produce la mezcla de frío y miedo, y a los 25 metros de pétalos desplomados, plantamos la reunión. Aun así concluiremos la vía con otro largo mágico en hielo muy vertical de formas caprichosas. Pétalos, columnas y hasta chimeneas heladas.
Hoy toca pizza en Val di Gardena. Sentados los cinco frente al televisor alucinamos con los saltos de trampolín de nieve, con el bobsleig. Estos tipos están locos, lo arriesgan todo, van a morir.
De repente constatamos lo absurdo de nuestros comentarios . La consciencia regresa y nos desconojamos por la incoherencia de nuestros pensamientos
Cuarto día.
Hielo casi deportivo, que precisamente por esa comodidad engañosa requiere vigilar los colmillos colgantes a partir de las tres de la tarde.
Del viaje regreso con ganas de volver. Quiero conocer las vías alpinas que surcan esos paredones que dan fama a los Dolomitas, otros lugares como Val Travenanzes. Me gustaría encontrar mejores condiciones, goulottes repletas de nieve y hielo.
Volveré.
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