Algunos detalles acaban generando grandes efectos: Es sorprendente la cantidad de ilusiones que puede despertar una sola fotografía.
Ordesa, verano del 2008. Vicenç y yo abordamos una vía de Mikel, siempre con mucho respeto. El día resulta exitoso: nos llevamos al zurrón Asken Guda Dantza, un saco de sensaciones y algunas experiencias. Erramos el recorrido en varios largos, entre ellos el último. Buscando la salida intuimos una placa descomunal y desplomada que nos fuerza hacia la izquierda. No escapa a unos ávidos ojos entrenados a descubrir líneas.
Después de repetir vías poco convencionales en Ordesa, siempre esbozamos una topo a complementar con una buena fotografía.
Remi se enrolló y me envió un par de fotos de gran calidad para actualizar la reseña de Asken Guda Dantza.
Remi se enrolló y me envió un par de fotos de gran calidad para actualizar la reseña de Asken Guda Dantza.
Los trabajos en favor de la comunidad a veces reportan beneficios inesperados: A la derecha nos esperaba una sucesión de diedros, fisuras y desplomes que llaman poderosamente la atención y acaban en la descomunal placa intuida días atrás. Memoricé el dato.
2009, momento personal complicado, que en mi caso redimo con penitencias y escaladas en solitario. Echo mano de la "lista de obsesiones", buscando un lugar fresco y a la sombra. Recupero el apunte. Me espera una línea en la Fraucata.
Consigo abrir apenas dos largos cortos que acabarán convirtiéndose en uno interminable. Tanta soledad oprime. Sucumbo a la tentación y cambio el miedo del solitario por la alegría del compañero.
Además, esta pared bien vale un asalto sin chapas.
Un amigo añadiría que también merece un intento en libre. Porque como dijo el "pinche cabrón", en una ruta de escalada libre hay dos formas de abandonar: rapelando hacia abajo, o superando las dificultades a golpe de pedal. Yo, lo confieso sin rubor, he abandonado casi tantas vías por abajo como por arriba, y encima me las he apuntado de "éxito".
Así pues ese mismo verano el dúo calavera (unai y el menda) atacamos el proyecto todavía sin nombre y sin la certeza de si saldrá en libre, con el convencimiento de que pasará sin chapas o no pasará: En nuestro diminuto petatillo no viajan chapas ni taladro.
La roca, excelente en las dos primeras tiradas, se vuelve un tanto "crustiñant", a medio camino entre los característicos hojaldres ordesianos y los genuinos encofrados montrebeianos. Abrimos otro largo particularmente complicado y el día se agota.
Entretanto Asken se populariza gracias a la topo actualizada y registra varias ascensiones, incluyendo un par de errores que acaban "empujando" nuestro intento algún metro hacia arriba, provocando grandes dosis de emoción a los errantes. Son Arkaitz y Mikeltxo, y más tarde Manu quienes contribuirán a la limpieza del incipiente recorrido.
El verano se acaba, y la Fraucata cierra sus accesos bajando temperaturas. La línea esperará al 2010
2010, el VALLE bulle con el rumor de la inminente aparición de una guía de Remi y Christian. Sentimos la presión para terminar nuestra línea en la Fraucata y que aparezca en la publicación para demostrar nuestra hazaña, vanos deseos de gloria.
La polémica en torno al "exceso" de chapas y la prohibición del taladro nos espolea.
Siguiendo la política de fichar a los mejores, convenzo a Manu y le integramos en nuestro equipo, olvidando que TRES es un número aterrador cuando exploras las zonas desplomadas de Ordesa, un universo oscilante trufado de bloques, lajas y guillotinas.
El día se levanta húmedo y caluroso. La roca pierde tacto incluso a la sombra de una pared Oeste. Manu jurará mientras agarra cantos con tacto sobado, sufriendo en un largo cotado originalmente de 7a. Llega a la reunión exhausto, y agota sus fuerzas tirando de mi cuerda. El recorrido que nos aguarda es una mezcla tienda de electrodomésticos y de cacharrería llena de cuchillos puestos del revés, burlando las más elementales reglas de la física.
Unai se viste de caballero medieval cambiando armas por fisureros, y empieza su particular guerra de la que sale airoso. Desplome oblicuo con tramos muy obligados. Otra vez abominable, otra vez sólo 7a.
Mis nervios se derrumban imaginando cuerdas demasiado finas para resistir tanto filo. Llego a la reunión con todo tipo de trampas, reasegurado a una cuerda que instalamos a modo de estática para preservarnos la retirada.
Mis nervios se derrumban imaginando cuerdas demasiado finas para resistir tanto filo. Llego a la reunión con todo tipo de trampas, reasegurado a una cuerda que instalamos a modo de estática para preservarnos la retirada.
Me ceden el dudoso privilegio de empezar el que será nuestro último largo del día, apenas 15 mts por debajo de la placa que encendió nuestros sueños y pesadillas. La roca pudre durante 5 metros. Ese es el motivo de tanta"generosidad". El día se agota antes de alcanzar el objeto de nuestros deseos.
Es noche. Una sucesión de 5 rápeles desplomados y acongojantes nos depositan en el suelo.
Mi "coco" se satura de Fraucata para lo que resta de verano. El proyecto que abordamos a capítulos, como una telenovela, sigue inconcluso.
Ese verano volveríamos a Ordesa, al Tozal, a seguir experimentando las posibilidades de abrir sin expansiones en este terreno de juego privilegiado. Bildurra (miedo en Vasco) surgió fruto del miedo, no tanto por la exposición de los largos del Tozal como por los temores que anidaban en mi subconsciente preocupado ante un eventual regreso a la Fraucata.
2011, primavera
Unai me envía una foto.
¿Quien tuvo la maldita idea de regalarle una buena cámara?
A los pies de la pared de la Cascada disparó una foto que resolvía las dudas que le han carcomido este invierno: ¿La placa pasará en libre?
La técnica ayuda. Una lente de calidad, una cámara con alta resolución, un zoom potente y el ordenador han bastado para limar parte de esa incertidumbre. Se intuyen fisuras.
Pasar pasará. Sólo queda saber si seremos capaces -si él será capaz- de hacerlo en buen estilo.
Ordesa, Fraucata, un sueño (ametz, en euskera)
alea jacta est