miércoles, 18 de julio de 2012

tEtRiS nueva vía en ORDESA

Fraucata es, todavía hoy, la pared con más posibilidades de Ordesa.
Su particular morfología de bloques formando fisuras desplomadas en sentido diagonal y su roca mediocre no atrae, a menudo incluso ahuyenta, a los escaladores.

Hace tiempo que descubrí esta línea, y la tenía entre las etiquetadas para épocas de calor o de lluvia (está a la sombra y desploma). Desde hace unos días llevaba las fotos que permitían adivinarla impresas en mi equipaje de mano.


Finalmente el momento llegó.
El domingo había quedado con mi hermanito Oriol (que prácticamente se estrenaba en Ordesa) y con Tato para regresar a la Racs después de 10 años, y el sábado quedé con Toti.

Toti  es otro de esos incondicionales de la pared enganchados a Ordesa. Me acabó de convencer para cambiar mis planes iniciales centrando el finde en el valle, y en lugar de aceptar sus extravagantes propuestas (ya no le quedan líneas sensatas que repetir) le ofrecí intentar ese recorrido de Fraucata.

Vive en la Plana de Vic, lugar que debe tener un aire o un agua especial porque de allí proceden algunos de los escaladores más fuertes de casa. Junto a su hermano han escalado más vías duras en Dolomitas que nadie que conozca, siempre discretos, pasando desapercibidos, ascendiendo vías como Pesce, Fortuna, y otras "delicatessen" del estilo. Y tiene una particular habilidad para lidiar con tramos expuestos sobre roca variable. Resumiendo, es más duro que las piedras.
Con estos precedentes afrontaría la vía tranquilo, casi relajado.


Acudimos al autobús de las siete para descubrir que está ya completo. Aguardamos al siguiente media hora más tarde mientras compartimos espera con varios amigos fanáticos. La buena meteo nos concentra a todos en el VALLE.

A las diez de la mañana entramos por los dos primeros largos de Alicantropía.
Los primeros cien metros de esta zona de la Fraucata no tienen un atractivo especial, sólo hierba y liquen que tapa el poro de la roca, disminuyendo su adherencia.

Nuestra línea se independiza con la verticalidad. Un sistema de fisuras presenta continuidad hasta la cima, entrecortadas por breves tramos de placa. Es ahí, en las zonas blancas, donde la decisión de subir sin espitador genera un poco de incertidumbre. La proximidad de Alicantropía y la suavidad del desplome (no es Bizcochito) atemperan el compromiso, permitiendo un escape relativamente sencillo mediante rápeles.
El "engament" lo crea la roca y la intención de subir en libre tan rápido como sea posible.

El primer largo propio (L3) empieza cachondo, desviándose de la vía de Gálvez por una fisura de bordes cortantes, enfilando hacia el sistema de diedros y fisuras que dominan el espolón derecho. Toti vuela al desprenderse el trozo de piedra en que apoyaba los pies. Sanea y lo intenta de nuevo. Una sección pobre en presas, demasiado difícil de abrir en libre, requerirá de tres pasos de A1.

De segundo emplazo un clavo fantástico para facilitar el libre, en torno a 7a+.
Monta reunión en un clavo existente, probablemente de una de las R optativas de Alicantropía.

L4, salgo hacia arriba por unos bloques de aspecto tÉtRiCo que amenazan a modo de guillotina. Suenan a diapasón. Trave en diagonal a izquierdas para volver a derechas, expuesta, por una zona sembrada de "cajones" a los que resulta obligado agarrarse mientras rezo para que ninguno se abra de repente arrojándome al vacío. Techo rico en canto y diedrito vertical más espectacular de difícil. Monto reunión con dos clavos y friends en un lugar no demasiado lógico pero a salvo de posibles "desprendimientos", un aspecto a tener muy en cuenta  cuando abres en terreno Fraucata.

Ahora es Toti quien vuelve a liderar. La línea sigue una rampa ligeramente tumbada hacia la derecha hasta alcanzar terreno completamente vertical.

Allí deberíamos iniciar una trave completa a izquierdas, pero la roca no lo permite, y Toti opta por seguir recto arriba por placas de roca crunchi. El largo sale duro y expuesto además de obligado. Monta reunión con tres clavos (que sacamos) muy a la derecha del recorrido previsto.

Tenemos la cima a 80 metros por encima de nuestras cabezas, pero lo incierto del terreno unos techos de aspecto podrido nos obligan a retomar el rumbo original. Mediante una travesía en diagonal hacia la izquierda regreso a nuestra línea imaginaria. Alcanzo la última reunión de Alicantropía.
Como este largo ha sido corto, Toti me regala el último largo. Mierda, primera reunión cómoda que pillo y no puedo disfrutarla.

Más dubitativo que convencido encaro este último largo, muy evidente.
Dos primeros movimientos delicados y luego una fisura magnífica (que Toti liberará en torno a 6c o más) me conducen al diedro de salida. Un bloque en equilibrio precario me corta el paso. Intento no tocarlo y lo supero. Los últimos cinco metros de la vía tienen una roca pésima, pero por suerte no pasan de V grado, aunque graduar dificultad en un terreno así resulta aventurado.
Así se nos ocurre el nombre para la vía, tEtRis, sobran explicaciones...


El sol todavía brilla. No llevamos reloj y miro el de la cámara. Pasan de las ocho, toca correr, el último autobús sale a las diez.
Exhaustos llegamos al prado a tiempo de pillar el penúltimo bus, con una sonrisa de oreja a oreja.


Cenita de furgos en el párking (ojo, parece que están multando al personal. Al ritmo que vamos nos acabarán jodiendo).

Amanecemos con un desayuno tranquilo, y a las ocho pillamos de nuevo el bus.

Este domingo toca Racs, en la pared de la Cascada.

Organizamos cordadas, Tato y yo, Oriol y Toti.
La temperatura, óptima, nos obligará a ponernos chaquetilla cada vez que aseguramos.



La primera parte, cinco largos de fisura levemente desplomada, podrían durar eternamente. Qué placer colgar y mecerse de los brazos con el vacío entre las piernas.
 Desplome de entrada a R1
¿Quien ha enredado a mi hermano para venir a Ordesa?


Roca solida, pasos duros con el magnesio indicando la solución al puzzle, emplazamientos de seguros a prueba de bombas, escasa exposición.
Los dos últimos largos se encargan de recordarnos que no se regala nada en Ordesa, que los sextos a menudo són más duros que los séptimos, y que ya hace años que Gálvez y compañía escalaban lo que no está escrito.



Esta vez sí, tachamos el rotpunk.

Degustando estos largos de BELLEZA excepcional, sin parangón, me doy cuenta que nuestra vía de ayer no tendrá mucho éxito.
Y sin embargo, qué aventura abrirla.


martes, 10 de julio de 2012

Tour exprés por el país de los croissants

Después de muchas cavilaciones, después de incontables propuestas formuladas por amigos encantadores de serpientes, después de fotografías tentadoras, la realidad es terca: no puedo marcharme a Perú.

impresionante 6a+ de L2 arete oest,, Rocher Decolle,  La Jonte


Y para compensarlo, nada como un viaje exprés a otra de las mecas de nuestra pasión: los prealpes calcáreos reflejados en ese compendio de maravillas, en esa biblia para iniciados que nos ha regalado Philipe Mussato, "Itinéraires d'un grimpeur gâté".
Su selección nos ilumina, a veces incluso nos deslumbra, y nunca, nunca nos defrauda.


Faltaba la víctima, y en este caso consigo engañar a Ester.

Cuatro días, 24 horas de lluvia, dos mil kilómetros de carretera para ochocientos metros de escalada, 30 largos. A priori un ratio no demasiado convincente, y sin embargo, la calidad de las tiradas y la belleza de los paisajes ha compensado con creces el esfuerzo.
Y las cervezas



Primera etapa: 
Billy le Clown, Rochers du Midi (Chartreuse)

Un clásico difícil cerca de Grenoble, orientación Este (sol hasta las 13h) ideal para los no madrugadores o como vía del día de ida, cuando la puntualidad no es compatible con la realidad, cuando las horas de sueño no alcanzan el mínimo recomendable.
Ester en L6, 7a+, quizás el más obligado de la vía

Escalada homogénea de carácter deportivo con algún paso obligado (L2 y L6 en torno a 6c).
Entorno bonito, en pleno macizo del Chartreuse (sobre Grenoble), algo devaluado por la humanización del valle del Isere.
ambiente desde la octava reunión, 7a+

La roca, que pudiera causar cierto reparo en el primer largo, se ha saneado con el trabajo de los abridores y la sucesión de las repeticiones. La ruta bordea por la derecha un desconchado amarillo desplomado de proporciones gigantes, buscando piedra gris con algo de grano, agradable al tacto y a la fricción.
Muy recomendable en su conjunto.


La guía también aconseja un par de rutas de mayor sencillez, y no lejos, un capolavoro del propio Mussato, Titanic, atravesando el corazón de la Gran Manti, una vía que impone respeto.


Segunda Etapa, huyendo del calor.
La Princesse de Feu. Pic de l'Aigle, Macizo des Cerces, Galibier


Compartimos destino con el deporte más duro que existe: El Galibier, la meca de los ciclistas, un puerto mítico que asciende casi sin tregua venciendo un desnivel enorme. Siento casi vergüenza cuando adelanto a estos apóstoles del sufrimiento desde la comodidad de mi furgoneta. Pudor que se torna en satisfacción cuando abandonamos la carretera para ascender por la pista (abierta!!!) que conduce al campamento miliar des Rochelles, un pequeño paraíso a 2.400 mts de altitud abandonado en esta época, solitario y remoto.




La pared es toda para nosotros. Sólo veremos algún paseante ocasional extraviado.
Princesse data del 2009 y eso, junto al carácter extremadamente abrasivo de la roca, marcan el tipo de escalada.
6a+ de sorprendente verticalidad

Predominan las presas laterales de extraordinaria adherencia. Un buen juego de pies se adivina imprescindible para bailar con esta belleza que, pese a lo moderado del grado anunciado, exigirá escalar con dedicación y empeño.
mar de gotas de agua

Sencillamente genial.

El descenso andando por lomas suaves, verdes e idílicas, a juego con la belleza excepcional de la vía. No se puede pedir más.



Tercera Etapa, esquivando la lluvia.
Intento a Les Premiers pas d'Elsa. Guillardes. 
Deportiva en Saint Leger

El día amanece húmedo. Escapamos hacia el sur. Nuestro periplo nos lleva a Les Guillardes para intentar otra pared norte en el macizo de Devuly. Llueve. Esperamos un par de horas con la esperanza de que el tiempo mejore. En vano. La lluvia se torna persistente. Consultamos de nuevo al oráculo de MeteoFrance, para descubrir, consternados, que hoy y mañana el tiempo continuará revuelto.

De repente recuerdo que mi hermano Oriol me comentó que en Semana Santa pasaron unos días en los desplomes de Saint Leger al abrigo de lluvias y brumas. Además, parece de paso hacia el destino que nos hemos marcado para el lunes. Así pues, enfilamos hacia este pequeño pueblo a los pies del Mont Ventoux y horas más tarde, mareados de tanta curva, arribamos a destino.
También la lluvia.
Pero no importa.
Recorremos el lecho del río quipados con cuerda simple, gatos precisos, unas cintas y un paraguas.
En unas horas conseguimos matar el gusano y catar algunas líneas de esta magnífica escuela muy cercana a la autopista que conduce a Chamonix, a la altura de Orange. Un destino a tener en cuenta en futuros viajes.


Cuarta y última etapa.
La Cathedrale. Gorges de La Jonte. 


Otro lugar a considerar en nuestros viajes a Francia, quizás algo alejado del eje Barcelona - Chamonix, pero sin duda de gran interés. Está al lado del Tarn, coincidiendo en el tipo de escalada, con predominio de vías de 4 a 5 largos entre el 6b y el 7b, y algunas clásicas incontournables.

La Cathedrale.
Hace tiempo alguien me habló de esta vía. Y qué buena elección!



Soberbia, bien equipada, exigente y con los grados muy, muy bien puestos. Todos los largos llenan, más bien saturan los brazos de ácido láctico.
L3, 7a+ realmente difícil

La complementamos con una vía expuesta al lado de la ultraclásica "arete ouest" de la Roche Decollee (de cuyo nombre no quiero acordarme) , y después de vibrar con alejes enervantes en el primer largo, saldremos por la mencionada normal, un 6a sin parangón que por sí solo merece una visita.
                                  Arete Oest, Rocher Decolle, L2, 6a+ espectacular y duro en su grado

A recomendar la pizzeria del pueblo de Le Rozier (situada en un primer piso al lado de una panadería), por su terraza, sus ensaladas y sus pizzas.

miércoles, 4 de julio de 2012

Probando prismáticos para ver un Castillo

Domingo en Castillomayor, un regalo para los sentidos


Santi quería estrenar temporada ordesiana con una vía donde apretar.
Entre Racs y Prismáticos de Gavín optamos por la última, porque hace años ya me arrastré por la primera, y prefería "tachar" novedades.

Las vías de Christian y Martín siempre me generan un cierto desasosiego, no sé si porque cargo demasiado el café, negro y espeso para despertar todos mis sentidos, o porque el miedo me revuelve las tripas.
Lo cierto es que cuando abordo una ruta de estos "chavales tan majos" ando bastante nervioso.




El día amanece estupendo, sin frío ni calor, algo nublado. No madrugamos, la semana ha sido movida y se impone dormir adecuadamente, descansar y afrontar la ruta en plenas facultades

Qué decir de la ruta ?
L4, espectacular diedro de 6b


A grandes rasgos que el primer largo no muestra la CALIDAD que encontraremos en las siguientes tiradas. Llegando a la primera reunión la roca cambia radicalmente, con bloques de exquisita adherencia y solidez contrastada. Deslomes impresionantes y grados -curiosamente- amables. El segundo y tercer largo son extraordinarios, sobretodo este último, una sucesión de presas en diagonal ascendente, aseguradas a pitones, que siempre te sacan de la vertical. Difícil encontrarlo mejor.


El largo de la vira, yo me lo ahorraría y seguiría la travesía de la Rabadá.
Después, de nuevo calidad total.
L6, tramo físico y bien protegido


Un 7a+ físico (bavaresa en su movimiento clave), roca compacta y seguros puestos, dan paso al séptimo largo, tramo que abordamos con enorme respeto. La topo indica "longeur serieuse", y eso en boca de los autores no puede más que exigirnos el máximo de atención.

L7, Santi recupera la "tricotada"


La "costurera" entrará en acción, y después de unos buenos 45 minutos alcanzo la ansiada reunión, agotadas todas mis provisiones de cintas y cordinos, tras una retahila de friends, micros, fisureros y un par de tricams.

El último largo se lo zampa Santi consumando el rotpunk a vista.
Yo tengo menos escrúpulos (y menos bistecs en los brazos), y me conformaré con pasar.



Domingo nos despertamos cerca de Ainsa con la intención de explorar una línea nueva en Castillomayor.

Olvido los prismáticos en la furgoneta, los reales quiero decir. Escogemos una de las líneas que tenía en mente, y tras 40 minutos de batalla con los erizones (el Castillo siempre defiende sus murallas) alcanzamos la base de pared.

Erramos el tiro. La roca no presenta la calidad que imaginé en las fotos, y después de dos largos optamos por la retirada, huyendo de piedra suelta, placas de escasa adherencia, y la más absoluta de las incertidumbres sobre qué trazado seguir.

                                                         Castillomayor, proyecto fallido

Acabaremos repitiendo La Princesa Escoba (http://albertganxets.blogspot.com.es/2011/10/un-cuento-de-princesas-y-castillos.html), reconciliándonos con esta enorme mole de roca tan poco aprovechada, que tan bien esconde sus secretos.

Las vistas desde la cima son prodigiosas, y por sí solas merecen la visita. Pocos lugares tienen la fuerza de Castillomayor, atalaya privilegiada del Pirineo.