La pared de la Cascada se visita con frecuencia.
Un abanico amplio de grados, la proximidad y facilidad de descenso. y una roca agradecida la convierten en destino estrella de muchas cordadas.
El año pasado pasé miedo -y bastante- recorriendo la última ruta de la pared.
Hoy he disfrutado en Burundanga, vía que suma más repeticiones en estos últimos meses que el resto de las joyas del valle. Se ha convertido ya en una clásica.
Traves fotogénicas, roca buena, topo a prueba de error (versión guía burros), y alguna chapa en los pasos clave animan a cualquiera. Hoy está magnesiada.
Como Edu advierte, tres largos definen la ascensión: dos travesías com ambiente, y un desplomito con gracia.
Laia se la llevó al rotpunk.
Yo me agarré en el pitón de Santi... falta de potencia. Como curiosidad salimos recto en ese largo por un bloque sospechoso donde metí dos tótems que aceré con cuidado.
Si pasa otro "segundo", que lo limpie por el bien de la comunidad
Días antes tachamos la Barrabás en la Fraucata con Ester.
No la disfrutamos
Incluso saliendo de un confinamiento forzado, después de meses anhelando acariciar esos bloques de tacto casi sensual, ásperos, llenos de aristas y volúmenes, Barrabás nos decepcionó.
En su parte inferior la ausencia de una línea clara y natural te fuerza a vagar entre bloques de aspecto terroso donde errar el recorrido convierte un largo de IV sucio en uno de VI compacto, y en cualquier caso siempre expuesto. La mayoría de las fisuras están repletas de tierra compactada por hierbajos que impiden emplazar correctamente los friends.
En su parte intermedia, alcanzados ya los clavos de la primera reunión equipada, los muros se tornan impenetrables a la fisura, avaros en hendiduras. Los pitones antediluvianos solo contribuyen a certificar que alguien pasó primero, sin proporcionar seguridad suficiente a un ojo crítico.
Ya más arriba, alcanzado el diedro final, la escalada se torna magnífica.
Es aquí donde podremos escoger entre una salida directa o un escape hacia la derecha por terreno más sencillo.
Al parecer nuestra percepción coincide con la de otros repetidores.
No, no todo es perfección en la Fraucata, ni bajo esa luz maravillosa del atardecer que convierte en oro cualquier línea de la pared
Ordesa, bujaruelo y sus alrededores bullen